La
Misión
Al
instaurar la Junta Militar en Santiago, Augusto Pinochet tornó
su atención a sus mandos en provincia, donde autoridades
civiles y militares se conocían más estrechamente,
quienes no ejercían la misma mano dura ya conocida
y temida en la Capital. Para asegurar que los comandantes
blandos provinciales acataran la política represiva
de la Junta, Pinochet encomendó al General Sergio
Arellano Stark la misión especial de "uniformar
criterios de administración de justicia y acelerar
procesos" de los prisioneros políticos. Para facilitar
su tarea, Pinochet le designó "Oficial Delegado
del Comandante en Jefe del Ejército y Presidente de
la Junta de Gobierno," otorgándole a Arellano
autoridad para actuar en su nombre.
En
1999, Arellano explicó al Ministro de Fuero Juan Guzmán
el propósito de su delegación:
"La
preocupación fundamental era que todos los procesados
pudieran tener una defensa adecuada. Además que no
se abusara del poder que se tenía en esos momentos,
para dejar una buena imagen de las Fuerzas Armadas en la
población civil."
No
obstante el declarado propósito humanitario que Arellano
consigna a su misión, los hechos hablan de un propósito
siniestro. Sin ninguna pretensión de crear una fachada
de legalidad, como fueron los Consejos de Guerra, los
prisioneros fueron sacados y fusilados bajo la oscuridad
de la noche, la mayoría de las ejecuciones atribuidas
a "intento de fuga."
El
teniente coronel en retiro Marcos Herrera Aracena, quien
sostuvo contacto con Arellano cuando la comitiva llegó
el 18 de octubre de 1973 a Antofagasta donde era auditor
militar de la 1ra División de Ejército, declaró
en este respecto al Ministro Guzman:
"
El general Arellano me informó que lo que quería
el general Pinochet era terminar luego con los procesos
que permanecían pendientes... O sea, cortar de una
vez por todas los procesos."
El
teniente coronel en retiro Olagier Benaventes Bustos, el segundo
comandante del regimiento Talca cuando, el 30 de septiembre
de 1973, Arellano inauguró su gira en esa ciudad, da
cuenta de otro objetivo (citado en el libro "La misión
era Matar."):
"Pienso
que una de las razones de la misión fue sentar un
precedente de drasticidad para atemorizar la presunta voluntad
de lucha del pueblo chileno. Pero sin lugar a dudas, fue
también para infundir miedo y terror en los mandos.
Para que no tuvieran ningún tropiezo, hasta la última
jerarquía: ¡señores, esto les puede pasar
a ustedes!"
Acompañado
por una comitiva de diez oficiales del Ejército,
Arellano recorrió desde el sur hasta el norte
del país entre el 30 de septiembre y el 22 de octubre
de 1973. El paso del helicóptero Puma del Comando
de Aviación del Ejército con su comitiva a
bordo dejó a 26 personas muertas en el sur y otras
71 en las ciudades de La Serena, Copiapó, Antofagasta,
y Calama al norte del país, un recorrido escalofriante
bien merecedor del apodo, la "Caravana de la Muerte."
Señala
el abogado querellante Hugo Gutiérrez (en el Prólogo
al libro "La misión era matar"):
"Existía
para Pinochet la necesidad de rectificar penas bajas impuestas
a los prisioneros de guerra que ya estaban ejecutoriadas,
sancionar a aquellos jefes militares que las habían
aplicado y de crear la convicción entre los integrantes
de la Fuerzas Armadas de que se estaba en guerra."
En
tanto, la comitiva de Sergio Arellano Stark estableció
lo que fue el marco fundacional de la dictadura, al implantar
el terror en la población y el acatamiento total de
los militares. Además de la secuela de prisioneros
ejecutados sumariamente, los siguientes oficiales militares
fueron castigados por "blandos":
-
En Talca el teniente coronel Efrain Jaña Giron, oficial
constitucionalista, encargado del Regimiento de Montaña
N.16 fue destituido el 30 de septiembre de 1973 por "incumplimiento
de deberes militares" y reemplazado por el segundo
comandante del regimiento, teniente coronel Olagier Benavente
Bustos. Estuvo dos años preso en Santiago.
-
El Mayor Fernando Reveco Valenzuela presidió los
primeros Consejos de Guerra en Calama, hasta fines de septiembre
de 1973. El 2 de octubre fue relevado de su cargo de presidente
del tribunal por aplicar condenas demasiadas "blandas."
Fue llevado a Santiago donde se le condenó por incumplimiento
de deber militar. Fue torturado en la Academia de Guerra
de la Fuerza Aérea en Tacna y encarcelado por 15
meses.
(Ver
Ex
Oficial Revela Detalles del Paso de la Caravana de la Muerte
en La Serena)
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La
Comitiva de los Responsables
Cómo
y quien eligió a los integrantes de la comitiva ha
sido un foco polémico. Sin embargo se puede discernir
que los once oficiales del Ejército seleccionados para
la misión compartían la característica
de haberse comprobado en su accionar después del golpe,
como militares de sangre fría, muchos en la Agrupación
de Combate Santiago bajo el mando de Arellano. En los años
posteriores a la campaña sangrienta de la Caravana
de la Muerte, el silencio que guardaron con respecto a estos
hechos comprobó además que eran hombres confiables
y leales a su jefe máximo Augusto Pinochet.
A
excepción de los pilotos del helicóptero Puma,
todos los integrantes de la brigada participaron en la gira
al sur como también la que recorrió el norte,
con participación personal en los fusilamientos. Los
integrantes de la comitiva, además de dos suboficiales
de la Escuela de infantería, fueron los siguientes
oficiales del Ejército:
-
Sergio Arellano Stark, general de Brigada y comandante de
la Agrupación de Combate Santiago. Fue ascendido
el 1 de diciembre de 1973 por Pinochet a general de la II
División del Ejército.
-
Teniente Coronel Sergio Arredondo González, el jefe
de Estado Mayor de Arellano al mando de la Agrupación
de Combate Santiago-Centro. En octubre 1973 fue designado
director de la Escuela de Caballería.
-
Mayor Pedro Espinoza Bravo, del departamento de inteligencia
del Ejército,
pasó a ser el Jefe de Operaciones de la DINA y sirvió
5 años por autor intelectual del asesinato del canciller
Orlando Letelier.
-
Capitán Marcelo Moren Brito llegó a ser comandante
de Villa Grimaldi, notorio recinto de detención y
tortura, donde fueron vistos por última vez con vida
a numerosas personas desaparecidas.
-
Teniente Armando Fernández Larios, de la Escuela
de Infantería de San Bernardo, quien pasó
a ser un operativo de la DINA, involucrado en el asesinato
del Canciller Orlando Letelier y otros atentados fuera de
las fronteras de Chile. Fue condenado por tribunales de
Estados Unidos a 27 meses de prisión.
-
El Teniente Juan Chiminelli Fullerton, coordinador logístico
de la misión, fue ascendido a teniente coronel y
se desempeñó en el departamento de operaciones
exteriores de la DINA.
-
Antonio Palomo Contreras, piloto del helicóptero
en la gira del sur. En el 2000 fue señalado como
uno de piloto del helicóptero desde cual prisioneros
fueron arrojados al mar.
-
Mayor Carlos López Tapia, un de los ejecutores, llegó
a ser Jefe de División de Inteligencia Metropolitana
que operó desde la Villa Grimaldi.
-
Emilio de la Mahotiere González, copiloto en el sur
y piloto en el viaje al norte.
-
Luis Felipe Polanco, copiloto y ejecutor en la gira al norte.
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La
Renuncia de un General
El 18 de octubre de 1973 Arellano había llegado a Antofagasta.
Mientras pasaba la noche en casa del General Joaquín
Lagos, comandante de la 1ra División del Ejército
y jefe de zona en Estado de Sitio, su comitiva estaba matando
a catorce prisioneros. Sin respetar jerarquía y obrando
a las espaldas de su oficial superior, Arellano puso en marcha
la masacre programada para Antofagasta con colaboración
del Servicio de Inteligencia Militar local y algunos oficiales
subalternos de Lagos. En el momento de los hechos, Lagos no
sólo era comandante de la 1ra División del Ejército
sino también, a partir del golpe militar, el Intendente
de la provincia de Antofagasta. A pedidas de Arellano, el
coronel Adrián Ortíz Gutmann, director de la
Escuela de Blindados bajo comandancia de Lagos, puso a su
disposición dos camiones para sacar a los prisioneros
por la noche, sin autorización de Lagos, su superior.
La
suma de 56 personas fue ejecutada en la jurisdicción
de Lagos: 16 en Copiapo el 17 de octubre, 14 en Antofagasta
el 18 octubre y en Calama fueron 26 los ametrallados en la
madrugada del 19 de octubre.
Los
militares ejercieron especial brutalidad, en muchos casos,
despedazando con corvos a los prisioneros antes de fusilarlos.
Cuando, en años posteriores, se le preguntó
por que no había entregado los cuerpos a las familias
para entierro, Lagos explicó que le daba "vergüenza"
que se descubriera la bárbara forma en que los oficiales
del Ejército masacraron a los 14 hombres. (Ver Nomina
de los Fusilados por la Caravana de la Muerte)
Recién
la mañana siguiente del 19 de octubre, después
de despedirse de Arellano, supo el general Joaquín
Lagos lo que había sucedido esa noche. Unos 28 años
después, recordando ese momento durante un programa
de televisión, comentó:
"Me
sentí con dolor, con impotencia, con rabia, con todo
lo que se puede imaginar ante un hecho de esta naturaleza
que hicieron en mi zona jurisdiccional y ante mis espaldas."
Ese
mismo día pidió audiencia a Pinochet quien
se encontraba de paso por Antofagasta y le pidió
que aceptara su renuncia. Lagos se acuerde que en ese momento,
el ex comandante en jefe se levantó a telefonear
a Arellano. Al no localizarlo, Pinochet dejó el siguiente
recado: "Díganle al general Arellano que no
haga nada más."
Se
cree que el alto a los asesinatos después de Calama
se debe a la denuncia que hizo Lagos a Pinochet.
El
1 de noviembre Pinochet le devolvió el informe que
Lagos le había redactado sobre lo sucedido, ordenando
que borrara toda referencia a lo que había hecho Sergio
Arellano Stark como su Delegado Oficial. En 1999, el general
en retiro Joaquín Lagos reconoció que fue obligado
a alterar el informe. También reveló que tomó
la precaución de guardar el documento original rechazado
por Pinochet. A más de 27 años después,
gracias a la cautela del ex general Lagos, se puede comparar
los dos documentos. Lagos señala que debajo la lista
de los ejecutados fue ordenado a borrar la frase "por
orden del Delegado del Comandante en Jefe" y poner su
propia firma. Así pasaría a ser el responsable
de los crímenes cometidos en su zona jurisdiccional.
Efectivamente,
cuando les tocó declarar ante el juez Juan Guzmán,
ambos Pinochet (23 de enero de 2001) y Arellano (1999) afirmaron
que la responsabilidad por las matanzas era de los "jefes
de guarnición", en clara alusión al general
Joaquín Lagos. No obstante sus maniobras para desviar
la culpa, en junio de 1999 Guzmán procesó a
los integrantes de la comitiva Caravana de la Muerte, entre
ellos Arellano, por los delitos de secuestro calificado de
19 personas y en enero 2000 a Pinochet como autor inductor
de los delitos de secuestro y homicidio calificados.
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Historia
Procesal
Abogados:
Juan Bustos, Carmen Hertz, Hugo Gutiérrez, Eduardo
Contreras, Alfonso Insunza, Hiram Villagra
Por
medio del decreto ley N. 5, la Junta Militar dio una nueva
interpretación del art. 418 del Código de Justicia
Militar, con respeto al estado de sitio, que se debía
considerar sinónimo de estado de guerra interna.
Señala
Eduardo Contreras que la Junta hizo este decreto ley:
"...para
justificar los consejos de guerra, y para evitar juicios
justos en la justicia civil. En el fondo, lo hizo para matar.
Pero al hacerlo no se da cuenta que se está condenando
ya."
Al invocar el Estatuto de la Guerra, a partir del 11 de septiembre
de 1973 no sólo regía en Chile el Código
de Justicia Militar sino también los Convenios de Ginebra,
que prohibe la ejecución sumaria de un prisionero de
guerra. Desde el reconocimiento de la Corte Suprema, en 1998,
de la vigencia de los Convenios de Ginebra, no se ha amnistiado
ningún delito. Esto fue un de los factores que contribuyeron
a los avances que tuvo el caso Caravana de la Muerte.
(Ver
Vías y Obstáculos
a la Justicia)
Momentos
claves del proceso
La
primera querella criminal en contra de Augusto Pinochet por
los crímenes cometidos por la comitiva militar dirigida
por Sergio Arellano Stark fue presentada el 22 de enero de
1998 por la familia del abogado Héctor Mario Silva,
ejecutado en Antofagasta el 19 de octubre de 1973.
25
de junio de 1998
La Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos
de Calama presentó la segunda querella en contra Pinochet
por los secuestros y asesinatos de 26 personas en Calama el
19 de octubre 1973.
8 Junio 1999
La Corte de Apelaciones procesa a cinco integrantes (Sergio
Arellano Stark, Marcelo Moren Brito, Pedro Espinoza Bravo,
y Sergio Arredondo Gonzalez) de la comitiva Caravana de
la Muerte por los delitos de secuestro y homicidio cometidos
contra 19 personas.
8 de agosto 2000
El Pleno de la Corte Suprema, por 16 votos a favor y 4 en
contra, confirmó el desafuero de Augusto Pinochet,
debido a las "fundadas sospechas" de su participación
como "autor, cómplice, o encubridor."
1
de Diciembre 2000
El
Ministro Juan Guzmán dictó auto de procesamiento
en contra de Augusto Pinochet en calidad de coautor de los
delitos de secuestro calificado y homicidio calificado cometidos
por la Caravana de la Muerte en La Serena, Copiapó,
Calama y Antofagasta. Abarcó 18 ejecutados cuyos
cuerpos no habían sido encontrados y 57 que habían
sido identificados y entregados a sus familiares.
9
de Julio 2001
La Sexta Sala de la Corte de Apelaciones ordene el sobreseimiento
temporal y parcial del senador Pinochet, sin que le haya
practicado el fichaje. La resolución deja a Pinochet
fuera de la investigación que instruye el ministro
Juan Guzmán por los homicidios y secuestros que se
imputa a la Caravana de la Muerte. El tribunal aplica las
disposiciones del Código de Procedimiento Penal,
que aún no entran en vigencia, que permiten excluir
del juicio a una persona que sufre de locura o demencia.
Recurso
de Casación en apelación del sobreseimiento
temporal fue interpuesto por Eduardo Contreras y Hugo Gutiérrez.
9
de enero 2002
La Corte Suprema acogió a tramitación un recurso
de inaplicabilidad, interpuesto por Alfonso Insunza. Solicita
que se declare inconstitucional el sobreseimiento por razones
de salud mental, al aplicar el nuevo Código Procesal
Penal que no está vigente en la Región Metropolitana.
15
de octubre 2008
En la
primera condena relacionada a la Caravana de la Muerte,
la Corte Suprema dicta sentencia de 6 años de presidio
efectivo al general en retiro Sergio Arellano Stark. La
condena es por los fusilamientos extra judiciales en San
Javier el 2 de octubre de 1973 de Teófilo Arce Tolosa,
José Sepúlveda Baeza, Leopoldo González
Norambuena y Segundo Sandoval Gómez, todos miembros
del Partido Socialista.
Arellano Stark y su comitiva llegaron a la Escuela de Artillería
de Linares donde ordenaron al coronel Gabriel del Río
a ejecutar a los cuatro detenidos. Cuando el oficial se
negó, Arellano ordenó al fiscal militar Carlos
Romero Muñoz a llevar a cabo las ejecuciones.
La Corte
Suprema sentenció a Carlos Romero Muñoz a
6 años de cárcel y sentenció a 4 años
de libertad vigilada a Mario Cazenave Pontanilla, Jose Parada
Muñoz y Julio Barrios Espinace. Además resolvió
que el fisco debe indemnizar a los familiares de los víctimas
con 80 milliones de pesos.
Los ministros Hugo Dolmestch, Jaime Rodríguez, Carlos
Kunsemuller y el abogado Juan Carlos Cárcamo votaron
por condenar a Arellano, mientras el ministro Rubén
Ballesteros quiso aplicar la prescricpción.
(Ver
Carta del
Dr. Luis Fornazzari y Consideraciones
Jurídicas y Bíblicas para Anular el Sobreseimiento
de Pinochet)
1 de
Julio 2002
La Sala Penal de la Corte Suprema resolvió el sobreseimiento
definitivo de Augusto Pinochet en la causa de la Caravana
de la Muerte. En voto dividido de 4 a 1, los ministros determinaron
que condiciones de demencia que afectarían a Pinochet lo
inhabilitan para enfrentar un proceso penal en su contra.
La resolución fue la respuesta del tribunal de alzada
a los recursos de casación presentados por los querellantes
tras la resolución de la Sexta Sala de la Corte de
Apelaciones que aprobó el sobreseimiento parcial
y temporal debido a condiciones de demencia o locura.
(Ver Informe Cordero)
Hugo
Gutierrez, abogado querellante, hace un balance del proceso.
(Extracto
de entrevista con Memoria y Justicia del 21 febrero 2002.
Lea todo el texto en Entrevista
con Hugo Gutierrez)
¿Fue
el sobreseimiento temporal una solución judicial a
un problema político?Creo que el sobreseimiento temporal
de Pinochet es una salida negociada. Lo que ocurrió
en el proceso a Pinochet es una consecuencia del tipo de transición
política que tiene Chile. Nuestro país tiene
el nivel de justicia que la transición política
nos permite. Nosotros en la causa de Pinochet hemos avanzado
todo lo que podemos avanzar pero hemos topado con un techo.
Creo que
los resultados son buenos, aunque esperábamos mucho
mas. El sentido común de la gente decía que
con Pinochet no se podía ir muy lejos. Pinochet aceptó
la salida que es la más indigna de todas: quedar como
un criminal loco. El no ponderó en términos
históricos la salida que efectivamente le beneficia
el día de hoy pero que el día de mañana
le va perjudicar enormemente.
La defensa
nunca alegó la inocencia de su defendido.Así
es. Dijeron que estaba en un estado físico y mental
que no le hacía en condiciones de enfrentar un juicio.
En un principio, tanto en el desafuero como el juzgamiento,
pero principalmente el desafuero, siempre se alegó
que Pinochet no estaba en condiciones de enfrentar físicamente
un juicio. Después hay un cambio de estrategia en la
defensa de Pinochet y derechamente se entra a decir que a
Pinochet le beneficia un causal de sobreseimiento como es
la demencia. Buscaron una salida a la medida de Pinochet y
esa fue sobreseimiento temporal por locura y demencia. Esa
salida solo beneficia a Pinochet. Todos los otros siguen procesados
y posiblemente terminan condenados todos.
Abogado
Eduardo Contreras: Caravana de la Muerte no es un "caso
emblemático"
Lo
que ocurrió en el caso del desafuero y el caso de la
Caravana de la Muerte no fue ninguna concesión del
gobierno. Fue producto de la lucha de muchos años de
los defensores de los derechos humanos, víctimas, familiares
y las organizaciones de derechos humanos, los partidos políticos
de izquierda, de los abogados querellantes que logramos finalmente
imponer a pesar de la falta de independencia, que se desaforar
en la Corte de Apelaciones. Creo que fue una sorpresa para
el establishment. No creo que ellos lo consintieron sino que
por la fuerza de los hechos era tan evidente la responsabilidad
criminal de Pinochet.
Hay
que tener en cuenta que los cambios operaron no solo en Chile.
Cambió el mundo. Hoy día hay una dedicación
más real a los derechos humanos al nivel mundial. Diez
años atrás el tema del Tribunal Penal Internacional
no existía y no se discutía. Hay una preocupación
en el mundo por la vigencia del respecto de los derechos humanos
y por la necesidad de castigar los crímenes contra
la humanidad. Todo eso influyó positivamente para que
alcanzáramos lo que logramos. Por eso Caravana no es
la selección de un caso emblemático. Es producto
de una contradicción interna de la sociedad chilena
que no daba para más.
El
aporte a jurisprudencia chilena de los procesos que instruye
Guzmán
Los
juicios de Guzmán permitieron demostrar que estos débiles
señales que se venían dando en casos aislados
contra militares de rango inferior pudieran colocarlos en
concreto a Pinochet y al conjunto de los crímenes.
Porque las querellas en contra Pinochet, son por todas las
violaciones de derechos humanos cometidos por la dictadura.
El hecho de estar separados por cuaderno de Caravana, Calle
Conferencia, Pisagua y Villa Grimaldi no significa que son
los únicos casos. Las querellas son por el conjunto
de las violaciones de derechos humanos. En el fondo son una
sola querella contra la dictadura, no sólo a Pinochet.
La diferencia y aporte que hace el Ministro Guzmán
es colocar en tela de juicio y someter a prueba hasta donde
estos criterios nuevos pero aislados sobre otros militares
en materia de Convenio de Ginebra, de amnistía y prescripción
se iban a tratar de aplicarlos también cuando se enfrenta
al principal culpable. Y el resultado ha sido positivo.
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Para
profundizar más sobre estos temas se recomienda los
libros:
"La
Misión era Matar: El Juicio a la Caravana Pinochet-Arellano,"
Jorge Escalante Hidalgo, LOM Ediciones, 2000.
"Pruebas
a la Vista," Patricia Verdugo, Editorial Sudamericana
Chilena, 2000
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