"...
Desde ese momento he vivido con interrupciones, algo mutilado...
nuevamente me siento incapaz de luchar bien, de trabajar
bien".
(José María Arguedas)
Caracterización
o Qué es el Exilio
En las sociedades
clásicas de la antigüedad, la Griega y la Romana,
el exilio era la pena máxima a que podía ser
sometido un ser humano. Aún peor que la muerte misma.
Se podría hablar de una muerte en vida. Es, probablemente
este castigo, al que se sometió por faltas extremadamente
graves; sin embargo, esta pena era quizás, acotada
en el espacio y el tiempo.
En el caso chileno,
el exilio fue masivo, arbitrario e indeterminado; los chilenos
fueron expulsados a las diferentes geografía, siendo
la duración una fantasía traumática según
cada uno.
Para los que
vivimos cárcel, torturas físicas y psíquicas,
entendemos que el exilio fue peor; que las huellas que ha
dejado son profundas, perdurables, permanentes. Ahora entendemos
que el exilio no termina.
Por qué
el exilio es un castigo?. Ante el estereotipo que quizo imponer
la Dictadura, aquello que decía que los chilenos exiliados
estaban de vacaciones en los países europeos o norteamericanos;
viviendo mejor que el común de los chilenos al interior
de su país; que estaban gozando de beneficios y bienestar
del desarrollo, es necesario decir categóricamente,
que el exilio fue y seguirá siendo un cruel castigo.
Desorientación, confusión, cansancio... una
larga sombra.
El ser humano,
según los antropólogos, sociólogos, psicólogos,
historiadores, filósofos, médicos experimentales,
etc., se define por lo que llaman Cultura. El ser humano,
el hombre es indisoluble de su cultura y esta, a su vez, se
asienta siempre en una tierra, en un espacio, con códigos
y tiempos propios. Algunos llaman a esta cultura: Civilización.
Sabemos que hay culturas originarias, muy antiguas, milenarias,
como la mapuche, por ejemplo. Hay otras culturas mestizas,
centenarias, como la chilena. El centro donde se asienta la
cultura será siempre una tierra. Hoy vemos que los
grandes conflictos existentes tienen que ver justamente con
las culturas, con la tierra.
Es el largo proceso
de adaptación y rechazo, de prueba y crítica;
de formación de lenguajes y hábitos; de afectos
y sentimientos; de expresiones como el arte y la construcción,
de todo lo que nos rodea, es lo que a la vez constituye el
sentido de identidad, de pertenencia. Entonces el hombre tiene
una raíz.
Así que
el exilio es un castigo cruel, una violencia rotunda, destructiva;
orientada contra la esencia de la persona. Abarca todos los
ámbitos de lo que somos. Destruye a quien lo padece,
física y psíquicamente.
Sus efectos son
entonces profundos, porque el exilio es un ataque directo
a la cultura.
El exilio es
una experiencia intransferible en el sentido que es difícil
de comprender si no se ha vivido y el que lo ha vivido, lo
ha hecho de una manera siempre personal. El exilio es una
pena perpetua.
Para el exiliado
la vida es angustia espiritual, nostalgia permanente, tristeza,
desencuentro. Se vive en la sombra, para el exiliado no sale
el sol. El exiliado estará siempre retornando a su
tierra, incluso cuando ya ha retornado.
El hombre, podemos
decir, "se hace a sí mismo", pero en el exilio
esto no es posible.
Consecuencias
Concretas del Exilio
Se puede decir
que todas las patologías psíquicas y somáticas
se desarrollan de otra manera, acelerando el deterioro de
las personas. Podemos hablar de muchas muertes, nunca explicadas
y podemos hablar de muchos sobrevivientes, nunca sanos. Las
instituciones de asistencia médica acreditan este hecho.
En el exilio
abundan los casos de suicidio, de neurosis, de frustración,
de inadaptación; cánceres de origen desconocido.
La familia es
sometida a una presión inédita. Los hijos de
los exiliados viven desde temprana edad el desarraigo. El
exilio provocará estancamiento en el desarrollo de
los oficios, del trabajo; provocará lentitud en la
creatividad, en el movimiento.
La
Reparación
A veces se confunde
reparación con reinserción. Nos parece que las
políticas de gobierno, respecto del problema, tienen
que ver más con una asistencia médica y económica
que con un intento de reparación.
Entendiendo que
la reparación pasa por la sanación de la afectividad
profunda y por el reconocimiento a la dignidad de cada exiliado,
en definitiva pasa por la justicia.
La idea de la
reparación apunta al tema de la justicia porque en
el caso del exilio al igual que en el caso de la cárcel,
la tortura, la ejecución de personas, el desaparecimiento,
lo que hoy tenemos es impunidad.
El Estado Chileno
ejerció sistemáticamente, masivamente, arbitrariamente,
una política de daño.
A lo anterior
se debe agregar, como agravante, que los intentos de reinserción
laboral, como los préstamos del Banco del Estado, el
programa PRAIS, los beneficios arancelarios, etc., han tenido
un carácter ilusorio, de parche, insuficiente y finalmente,
discriminatorio. La gran mayoría del exilio ha quedado
afuera.
Es
Posible la Reparación
Pensamos que
es posible acercarnos a una reparación. Para ello es
necesario, por parte del Estado, reconocer el daño
hecho. Estimar este daño en una acción material
para entonces indemnizar. Saldar las cuentas, si es que esto
es posible.
De todo lo anterior
se desprende el sentido de la presente demanda.
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