20 agosto
2007
Borrar
significa "hacer desaparecer por cualquier medio lo representado".
O también, "hacer rayas sobre lo escrito, para
que no pueda leerse". Ambas acepciones registradas por
el diccionario resultan pertinentes para describir lo sucedido
con Londres 38, donde funcionó uno de los más
importantes centros de detención, tortura y exterminio
de detenidos políticos y el único, de los que
operaron en la Región Metropolitana, que se mantiene
intacto. En este lugar fue donde se dio inicio a la implementación
de la desaparición forzada como práctica sistemática
del Estado. Entre mayo y septiembre de 1974, un número
aún no determinado de personas permaneció detenido
y fue sometido a torturas. Desde allí la DINA hizo
desaparecer o ejecutó a 95 personas, en promedio, un
prisionero por día, la mayoría de los cuales
eran militantes del MIR. Esto sucedió en pleno centro
de la ciudad, a escasas cuadras del Palacio de la Moneda,
de los Tribunales de Justicia y de las oficinas de los que
eran los principales diarios de entonces, los mismos de hoy.
Como una
forma de borrar lo sucedido, la dictadura sustituyó la numeración
original que designaba al inmueble, por el número 40. Así,
las denuncias realizadas comenzaron a apuntar, a partir de
ese momento, a una dirección inexistente. Luego, en 1978,
mediante decreto firmado por el propio Augusto Pinochet, la
propiedad del recinto fue transferida gratuitamente a un organismo
estrechamente vinculado al Ejército, el Instituto O'Higginiano.
Esta fue la primera "borradura".
En el año 2001, el Partido Socialista de Chile renunció
a la recuperación del inmueble que hasta septiembre
de 1973 le había pertenecido, acogiéndose a
los beneficios de la Ley de Bienes Confiscados durante la
dictadura y reclamando, a cambio, una indemnización
monetaria. Ello, a pesar de que en este recinto también
permanecieron secuestrados algunos de sus militantes, y siete
de ellos fueron hechos desaparecer, incluyendo a Joel Huaiquiñir,
miembro de su Comité Central. Esta fue la segunda "borradura".
Así, durante treinta años 17 de ellos en democracia,
Londres 38 habría permanecido "borrado",
ocupado por el Instituto O'Higginiano, oculto bajo el número
40 e ignorado por sus primeros propietarios, de no haber sido
por diversos "emprendimientos de la memoria", llevados
a cabo por familiares de las víctimas, sobrevivientes,
testigos directos de los hechos y diversas organizaciones
sociales. De hecho, fue gracias a la iniciativa, trabajo y
movilización de estos grupos, y no a la del Estado,
que se obtuvo la protección y declaratoria del lugar
como Monumento Nacional. Se realizó el diseño
de una intervención conmemorativa en la calle Londres
cuya construcción se iniciará próximamente,
se avanzó en la investigación y difusión
de su historia, así como también en la elaboración
de una propuesta concreta de uso de este espacio, una vez
que fuera recuperado por el Estado, la que fue presentada
ante diversas autoridades del actual y anterior gobierno de
la Concertación, sin obtener hasta el día de
hoy una respuesta.
Como el significado de un sitio histórico está
determinado por el valor que las personas y la sociedad le
asignan, y por la existencia de un relato que haga posible
la transmisión de las diversas memorias, propusimos
que, una vez desocupado, se diera un uso público al
inmueble, abriéndolo a la comunidad e instalando una
señalética básica de carácter
provisorio que informara a los visitantes sobre la historia
del recinto.
Ese ejercicio participativo permitiría recoger las
propuestas de quienes quisieran ejercer ese derecho y hacerse
parte del debate necesario para definir cómo representar
y transmitir lo que fue el Terrorismo de Estado en Chile,
así como las experiencias, memorias y prácticas
de quienes lo sufrieron. Hacerlo desde el centro de la ciudad,
tal como el propio terror operó, era y es todo un desafío
ya que implica otorgar una nueva visibilidad al lugar, distinta
a la mayoría de las intervenciones y monumentos realizados
hasta ahora en los cementerios, espacios cerrados o en la
periferia de las ciudades.
No obstante, con fecha 14 de agosto 2007, el gobierno ha informado
que el Estado recuperará, mediante una permuta, la
propiedad del inmueble para convertirlo en las oficinas del
aún inexistente e indefinido Instituto de Derechos
Humanos sobre el cual el Congreso no termina de pronunciarse.
De materializarse, esta decisión significaría
la tercera "borradura" de Londres 38. Guardando
las proporciones, es como si Auschwitz, espacio símbolo
de los crímenes contra la humanidad, hubiera sido convertido
en sede del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
El gobierno ha desperdiciado, una vez más, la oportunidad
de contribuir a abrir un debate en torno al uso de este tipo
de sitios históricos, ha renunciado a asumir su responsabilidad
con una política de largo plazo, y no puramente reactiva,
y ha desoído las propuestas y demandas planteadas al disponer
una medida que sólo concitará rechazo.
Bajo el incuestionable rótulo de los "derechos
humanos" las historias y las memorias relacionadas con
este centro de detención, las experiencias de lucha,
así como la identidad social y política de las
víctimas y protagonistas de esta historia, serán
desplazadas de Londres 38, al igual que las personas y agrupaciones
que con su accionar han hecho visible este recinto, impidiendo
que se convirtiera en un lugar en ruinas, un sitio eriazo
o un condominio residencial, como ya sucedió con otros
importantes centros de detención, tortura y exterminio.
Estas consideraciones deberían llevar a las autoridades
a revertir esta medida, a lo menos, equivocada, evitando así
una nueva "borradura" en el espacio público,
de una memoria que reclama ser develada, expuesta a la mirada
y a la conciencia de todos los hombres y mujeres de nuestro
país.
Quienes deseen suscribir esta demanda pueden agregar su nombre
a la lista y reenviarlo a sus contactos, con copia al correo:
[email protected]
NOMBRE
RUT
FIRMA
Gloria Elgueta
Erika Hennings
Miguel Angel Rebolledo
Margarita Romero
Viera Stein
Claudia Marchant
Raimundo Elgueta
Elisa Muñoz
Carmen Gloria Díaz
Laura Rodríguez
Andrea Olivares
Paulo Olivares
Mónica Velasco
Juan Bautista Castro
CODEPU
Margarita Duran
Sergio Grez
Alvaro Erazo
Coordinadora Nacional de Ex Presos Políticos
Claudia Correa
Diana Tapia
Vladimir Manríquez
Pilar Sobrazo
Claudia Toro
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