Memoria de Mujeres:
Violencia en el País y en el Hogar

   

 

Mujeres Embarazadas Detenidas y Desaparecidas

Violencia Sexual como Tortura

Corporación La Morada y Fundación Instituto de la Mujer


Herencia de Dictadura para Mujeres Sobrevivientes
de Violencia Doméstica

Nia Parson

 

Durante los años post-dictadura en Chile se ha tomado mayor conciencia en cuanto a la relación entre la violencia intrafamiliar y la violencia política. Una campaña lanzada en marzo del 2004 por Amnistía Internacional, organismo internacional tradicionalmente dedicado a la denuncia de la violencia política, refuerza la conciencia sobre este vínculo. AI declara: "En el hogar y en la comunidad, en la guerra y en tiempo de paz, a las mujeres se las golpea, se las viola, se las mutila y se las mata impunemente". En el Reino Unido y en Australia mujeres que son victimizadas por violencia domestica pueden pedir el asilo político cuando sus propios gobiernos no responden a su sufrimiento. El 8 de marzo de 2004, Día Internacional de la Mujer, diversas organizaciones de mujeres, sindicales y de derechos humanos convergeron en Santiago, culminando con la inauguración de un monumento en homenaje a las mujeres asesinadas en dictadura militar.

Mujeres Embarazadas Detenidas y Desaparecidas


Entre las cientas de mujeres detenidas y torturadas durante la dictadura, se sabe que las siguientes nueve mujeres estaban embarazadas al momento de su detención:
Cecilia Miguelina Bojanic Abad fue detenida junto a su esposo Flavio Oyarzun el 2 de octubre de 1974, cuando tenía 5 meses de embarazo. Testigos la vieron por última vez con vida en Cuatro Alamos.

Jaqueline Paulette Droully Jurick, 24 años, fue detenida el 30 de octubre de 1974, con 3 meses de embarazo. Fue vista por última vez por testigos cuando agentes de la DINA la sacaron junto a su esposo de Cuatro Alamos a paradero desconocido.

María Cecilia Labrin Lazo, asistente social de 25 años, fue secuestrada el 12 de agosto de 1974 y llevada a la casa de torturas de la DINA Calle Londres 38. Un ex agente de seguridad de la Marina declaró extra-judicialmente que María Cecilia dió luz a una niña en marzo1975.

Gloria Lagos Nilsson, madre de tres hijos y embarazada de 3 meses, fue tomada como rehen para presionar a su compañero, miembro del MIR que se había fugado de la DINA. Fue vista en Cuatro Alamos en septiembre de 1974.

Nalvia Rosa Mena Alvarado, 20 años, fue secuestrada junto con su esposo Luis Emilio Recabarren Gonzalez y su cuñado Manuel Guillermo Recabarren Gonzalez el 29 de abril de 1976. Tenía 3 meses de embarazao cuando testigos la vieron en Villa Grimaldi.

Michelle Peña Herreros, militante del Partido Socialista y estudiante de ingeniería de 27 años de edad, tenía más de 8 meses de embarazo. Fue detenida el 20 de junio de 1975 y llevada a Villa Grimaldi, donde fue vista por última vez con vida. Su madre se informó que fue llevada al Hospital de la Fuerza Aerea para dar a luz.

Reinalda del Carmen Pereira Plaza, 29 años, tenía 6 meses de embarazo al momento de su detención el 15 de diciembre de 1976.

Elizabeth de las Mercedes Rekas Urra, 27 años y 6 meses de embarazo, fue detenida el 15 de diciembre 1976.

Violencia Sexual como Tortura

Corporación La Morada y Fundación Instituto de la Mujer

15 de marzo de 2004

Ex mujeres presas políticas, organizaciones de mujeres y de derechos humanos hacen un llamado a las mujeres víctimas de violencia sexual por parte de agentes del Estado, durante el régimen militar, a denunciar estos hechos como tortura ante la Comisión Valech. Para que esto sea una realidad, se tienen que generar las condiciones sociales que permitan el reconocimiento de la violencia sexual contra las mujeres como una violación a los derechos humanos; violación que se agrava en los contextos de conmoción interna como los vividos durante la dictadura, hasta el punto de constituir un método específico de tortura en contra de las mujeres.

Por lo tanto:
Se deben crear los mecanismos necesarios y óptimos que acojan a las mujeres que sufrieron esta experiencia, como incorporar en las fichas que registran las denuncias, las agresiones físicas y psicológicas constitutivas de violencia sexual.

Las autoridades tienen que hacer un reconocimiento explícito de que la violencia sexual fue un método de tortura sistemático y generalizado aplicado en contra de las mujeres, como una forma de contribuir a su reparación.

A cuatro meses de su funcionamiento, esta Comisión, que tiene por objetivo determinar y elaborar un informe detallado sobre quiénes son las personas que sufrieron privación de libertad y tortura por razones políticas, sólo ha recibido 14 mil denuncias; un número reducido de casos considerando el universo que manejan los organismos de derechos humanos que hablan de 300 mil persona víctimas de tortura.

Una investigación iniciada en mayo de 2003 por la Corporación La Morada y la Fundación Instituto de la Mujer demuestra que la violencia sexual en contra de las mujeres avala lo anteriormente expresado y refuerza la necesidad de abrir un espacio para este tipo de denuncias. Evidencia que, al estar "naturalizada" la violencia sexual en la sociedad chilena, a muchas de las mujeres que estuvieron detenidas durante la dictadura les cuesta aún identificar este tipo de agresiones como una forma de tortura.

Se hace un llamado también a la Comisión Valech a que en su informe final incluya un capítulo específico sobre la violencia sexual como método de tortura aplicado en contra de las mujeres.

En el ámbito del Derecho Internacional este tipo de violencia ya ha sido incorporado en el Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional. También existe registro de estos casos en el Informe del Esclarecimiento de la Verdad de Guatemala, y en el informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación de Perú.

La violencia sexual provino de funcionarios de todas las ramas de las Fuerzas Armadas, de Carabineros, de Investigaciones, de conscriptos, de agentes de organismos de inteligencia, de gendarmes y civiles que colaboran en tareas represivas.

Los lugares donde ejerció violencia sexual superan el centenar. Estos lugares fueron los cuarteles, las comisarías, los campos de concentración, los estadios, los centros de tortura reconocidos como Villa Grimaldi, la Venda Sexy, Londres 38 y están también los barcos de la armada, Colonia Dignidad y el estacionamiento subterráneo de la Plaza de la Constitución.

En el período de la DINA y de la CNI se utilizaron perros para violar y vejar a las mujeres y se utilizaron ratas que eran introducidas por la vagina a las mujeres. Fueron objeto de violencia sexual mujeres embarazadas cuyo destino y el de sus hijos no se conoce, niñas de 14 años que tuvieron al hijo de la violación y abuelas de 68 años violadas frente a sus hijos.

En los relatos sobre tortura, muchas de las mujeres no incluyen los actos de violencia sexual. Asocian la "verdadera" tortura a la aplicación de corriente eléctrica, a colgamientos, a golpes sistemáticos y permanentes en el contexto exclusiva de la detención y del interrogatorio.
Vea http:/www.lamorada.cl


Herencia de Dictadura para Mujeres Sobrevivientes
de Violencia Doméstica

Nia Parson, candidata al doctorado en Antropología de la Universidad de Rutgers (New Jersey, EEUU) ofreció a Memoria y Justicia el siguiente resumen de su investigación de tésis.

La respuesta de la comunidad es fundamental en el proceso de sanación de sobrevivientes de trauma. El sobreviviente necesita que se reconozca la trauma sufrido y que se haga alguna forma de reparación al daño causado. Es así tanto para mujeres sobrevivientes de violencia doméstica como para sobrevivientes de la violencia estatal de parte de la dictadura militar de Pinochet.

Mi investigación para el tésis de doctorado en antropología centra en la relación entre violencia estatal, la ideologías y las políticas durante la época dictatorial y la experiencia de mujeres víctimas de violencia doméstica en el período post-dictatorial. Analizo el impacto que tiene aún la dictadura en mujeres sobrevivientes de violencia doméstica para buscar reconocimiento y reparación através del sistema judicial chileno. Además de emplear otros métodos etnográficos, entrevisté mujeres sobrevivientes de violencia doméstica quienes acudieron a dos centros para mujeres sobrevivientes de abuso, uno municipal y el otro de un ONG.

El movimiento de derechos de la mujer que emergió en dictadura bajo la consigna "Democracia en el país y en el hogra" tuvo mayor influencia a partir de 1990 en difundir y politizar al tema de violencia interfamiliar en Chile. Se ha promulgado varios cambios legislativos para ayudar a las mujeres sobrevivientes de abuso, tales como la Ley de Violencia Interfamiliar de 1994 y la inauguración de centros de asistencia a víctimas por todo el país.

La política estatal reconoce que la violencia doméstica no se puede delimitar al espacio sagrado y privado de la familia, ya que tanto sus causas como sus consecuencias tocan al ámbito público y debe ser resuelto por el Estado. Sin embargo, en la práctica el reconocimiento oficial no está acompañado por oportunidades reales para acceder a servicios públicos para poder escapar de situaciones de abuso y sanarse. En parte, esto se debe a las políticas, ideologías y prácticas de violencia estatal que se arrastran desde la época de la dictadura y que están arraigadas en la institucionalidad, perpetuando desigualdad de género y la violencia contra la mujer.

No negamos los avances logrados durante el período post-dictatorial, pero hay que señalar el impacto vigente hasta hoy en día del estado dictatorial y las dificultades posteriores en promover políticas y prácticas estatales efectivas que protegen los derechos de la mujer como ciudadanas de primera clase y que responden al delito de violencia intrafamiliar. El fracaso del Estado de proteger a los derechos de la mujer como ciudadanos de primera clase es evidente en los testimonios de las mujeres que dan cuenta de sus experiencias en el sistema judicial chilena, una de las instituciones más importantes a donde acuden mujeres casos de violencia doméstica.

En este trabajo de investigación analizo como tales fracasos tienen relación a las políticas, ideologías y prácticas de dictadura, sobretodo en relación al concepto de la "familia" (un hombre, una mujer y sus hijos), papeles de género del hombre y de la mujer y el autoritarismo. Ideologias relacionadas a genero, sobre todo al papel de hombres y de la mujeres dentro de la familia tienen su origen en la manera en que la dictadura intensificó políticas existentes fundadas en una estructura de famila autoritaria. La familia estaría fundada sobre el papel del hombres como proveedores patriarcales, un papel que se traslada al ámbito público.

En dictadura los Centros de Madres fueron el vehículo que fomentaban el modelo de madre que niega a si misma como persona y se limita al ámbito del hogar. Para el régimen militar la nación chilena era una familia con Pinochet su figura-paternal autoritario. El país encabezado por un padre autoritario que empleaba la violencia para disciplinar a sus integrantes se traspasó al ámbito privado como el modelo para la familia chilena. El régimen militar respaldaba así el uso de la violencia como beneficioso tanto para la familia como para el país. Durante la dictadura mlitar la violencia intrafamiliar era normalizada y naturalizada dentro de la sociedad y lo sigue siendo hasta hoy en día. La consigna que "El que te quiere te aporra" apunta a que la mujer desea disciplina de parte de su pareja igual como un padre disciplina a un niño o un dictador a un país. Este dicho también comunica la idea que los hombres expresan el afecto y el amor a través de la violencia y el abuso le hace bien a la mujer. Por lo tanto, la mujer no se debe quejar y por el contrario debe sentirse agradecida por tratarse de una necesidad inata de disciplina. Esta necesidad es designada al ser masculino con autoridad dictatorial en el hogar.

La Ley de Violencia Intra Familiar, promulgada en 1994 , sostiene los papeles tradicionles de género y conceptualización de la familia al poner hincapie en reconciliación como solución a casos de violencia intrafamiliar. Los procesos de reconciliación son regulados por el tribunal sin tomar en cuenta la disparidad de poder entre abusador y víctima. El abusador y la víctima deben defender sus respectivas declaraciones que prestaron inicialmente ante la policia y plantear sus respectivas exigencias en presencia del otro en la misma sala.

Al centrarse en reconciliación, las experiencias de violencia doméstica de la mujer son individualizadas y descontextualizadas. Por lo tanto, se despoliticen las experiencias de violencia como también los esfuerzos de la mujer para buscar auxilio por medio de instituciones poderosas formadas según paradigmas patriarcales con mentalidad dictatorial. Nos hace surgen preguntas sobre el concepto de reconciliación: Es posible la reconciliación en situaciones de gran desequilibro de poder entre las partes del proceso? Es posible lograr la reconciliacion cuando el una parte al proceso porque el tribunal le obliga?

La mayoría de las mujeres entrevistadas señalan que se sintieron discriminadas al pedir protección de la Carabineros y al presentar querellas en contra de sus compañeros abusivos. Mujeres señalan que el sistema judicial carence no es sensible al tema ni están los funcionarios adecuadamente formados para tratar casos de este índole. Los tribunales tardan mucho en fallar y a gran medida el proceso depende en el juez que le toca y en los funcionarios. Según las mujeres, algunos jueces son muy machista y favorecen al abusador masculino. En muchos casos, la falta de asesoría jurídica o de apoyo institucional se traduce en la imposibilidad de acceder a kind of attention to their cases.

Las mujeres de Chile siguen sufriendo violencia a nivel estatal debido a la negligencia de las instituciones estatales de asegurar derechos de ciudadanos de primera clase a la mujer. Esta situación mantiene la desigualdad que predomina en las relaciones íntimas e institucionales. Las desigualdades de género y la herencias de violencia estatal y familiar se sigue reproduciendose como base para estas instituciones.

No significa que el Estado sea el único responsible de desigualdad de género ni de sus causas y consecuencias. Sin embargo, la falta de un sistema judicial plenamente democrático se enmarca con los casos de violaciones de los derechos humanos cometidas por la dictadura, conformandose como influencia negativa para las experiencias de las mujeres víctimas de violencia doméstica. A la vez, tiene como consecuencia el mantenimiento de estructuras patriarcales de poder y la reproducción del statu quo.

 

 

 

 

 

 

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