Antonio Llidó Mengual

 

Un Cura del Pueblo

Detención y Búsqueda

Martirio

"Ese no es cura, es marxista"

Historia Procesal
Momentos Claves

 

   

Un Cura del Pueblo

Antonio Llidó nació en 1936, en Valencia, lugar que fue gravemente atacado por Franco cuando el gobierno Republicano estableció su sede en ese lugar. Perteneció a una familia humilde que le inculcó ideales democráticos. Su ordenación sacerdotal fue en 1963 y su compromiso social ya fue evidente en su accionar como jóven párroco en las aldeas de Balones y Quatretondeta, localidad de agricultores pobres. Vivió toda su vida en dictadura franquista, respirando aires libres solo en los pocos años que vivió en Chile, antes de ser arrebatido por la dictadura de Pinochet.

El Padre Antonio Llidó llegó a Chile en 1969, enviado por la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias. Su labor sacerdotal se realizó en Quillota, Diócesis de Valparaíso, en un ambiente de campesinado pobre muy parecido a las aldeas que conoció en España.

El Padre Jesus Rodriguez llegó a Santiago en 1965 también desde España y fue párroco en la población La Victoria desde 1993 hasta su jubilación en 2002. El Padre Jesus, un de siete querellantes en el proceso por Antonio Llidó, relató lo siguiente en una conversación con Memoria y Justicia, el 19 de junio 2003:

"Desde el momento que llegó, fue muy impactado por la pobreza y la miseria, por la angustia del mundo obrero pobre. En todas partes donde él estuvo en Valparaíso esto era una situación común. El fue párroco de Quillota y trabajaba como obrero allá; trabajaba con sus propios manos. También daba clases de francés y con eso vivía. Acompañó a los modestos trabajadores de campo en la época de la cosecha, trabajabando como un obrero más."

"En ese tiempo Chile estaba muy politizado. Había un afán de justicia en las clases populares. Y con toda razón, porque habían muchos abusos sociales. Antonio Llidó vivía entonces muy vinculado a los grupos de gente obrera más pobres. Vivía muy pobre, comía de forma muy modesta. En este mundo de gente popular y pobre estaban distintos grupos políticos que representaban proyectos nuevos de sociedad. El tenía relaciones con todos ellos. Se llevaba bien con estos grupos que tenían este afán fuerte de justicia.
"

Las abismantes condiciones sociales y económicas de los campesinos de Quillota impactaron al nuevo cura español y le fue cimentando un fuerte compromiso social y político. Antonio Llidó se vinculó al grupo "Los 80", un grupo de sacerdotes de Cristianos por el Socialismo, quienes apoyaron a la candidatura presidencial de Salvador Allende. En una carta que escribió a un amigo el 9 de marzo de 1971, Llidó describe su vocación (citado en el libro Antonio Llido: Epistolario de un compromiso):

"La fe en un Dios flotante y lejano, solucionador de problemas a domicilio, ha quedado también en el olvido. Entiendo cada vez más mi religion y mi sacerdocio como un compromiso con la sociedad en la que vivo, un compromiso con aquellos hombres y mujeres que luchan por la instauración de un orden social que impida la esclavitud, que capacite al hombre para acercarse cada vez más a su plenitud, que haga la injusticia y la explotación cada vez más difíciles y no el pan nuestro de cada día. Entiendo que Jesucristo tiene que ver mucho con este asunto.

"Entiendo que Jesucristo es cada uno de mis hermanos. Entiendo que, uniéndome a ellos en esta lucha, quizás sea capaz de ir superando mis pequeñas y grandes tareas personales que sólo tienen importancia en la medida en que me restan fuerzas para entregarme."

"La participación en los misterios me interesa cada día menos, a no ser que realmente sean la expresión clara y evidente de ese misterio que es siempre el amor, la amistad, la entrega de las personas que en ellos participan."

 

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Detención y Búsqueda

El Padre Jesus retoma la historia.

"Cuando vino el golpe militar, le aconsejaron que era mejor que se volviera a su tierra natal. El respondió que no. En la hora de tantas dificultades, él seguía al lado de la gente modesta, con la cual había estado. Deseaba correr la suerte que corría ellos. Igual, poco después del golpe debió salir de ese lugar porque le buscaba para matarlo, como buscaban a tanta gente, de lo cual todos que vivimos esa época somos testigos. Llegó a Santiago, donde seguía ayudando a los que huían, huyendo con los que huían. Estando él mismo en peligro, seguía ayudando a otros perseguidos. De nuevo fue aconsejado que saliera de Chile, pero eligió permanecer y correr la misma suerte de la gente pobre y perseguida."

Después del golpe militar, fue buscado en Quillota por las fuerzas de seguridad del régimen militar. Fue obligado a dejar la región, trasladándose a Valparaíso y posteriormente a Santiago donde permaneció oculto hasta el día de su detención.
En la última carta recibido por su su familia, con fecha septiembre 1974, escrito con el seudónimo "Teresa Vazquez" es evidente que Llidó tenía plena conciencia de los riesgos que vivía en ese momento:

"No quiero ponerme dramático, pero alguna vez hay que decirlo. Si algo malo me ocurriera, quiero que tengan claro que mi compromiso con esto que hago ha sido libremente contraído, con la alegría de saber que esto es exactamente lo que me corresponde hacer en este momento. �El miedo está presente en todo momento y en cada uno de nosotros, porque ninguno somos héroes de pelicula. Lo que ocurre simplemente es que todos nos negamos a aceptar que ese sentimiento sea condicionante y nos impide realizar aquello que, "con la cabeza fría y el corazón caliente" entendemos que debe ser."

El 1 de octubre de 1974 Antonio Llidó fue detenido en la vía pública en el centrdo de Santiago. El Padre Jesus intentó intervinir de parte de muchas personas después del golpe. También se preocupó de la suerte que le había acaído al Padre Llidó. Acompañado por otro sacerdote catalán, acudieron varias veces al Obispo Emilio Tagle de Valparaíso.

"Llegó pronto la noticia de que había sido detenido. En ese mismo mes de octubre a mi me aconsejaron que saliera también un tiempo de Chile. Partí unos 4 meses a fines de octubre. Alguna gente preocupada denunciaron este caso al Comité Pro Paz. Yo regresé a inicios de marzo de 1975 e inmediatamente empecé a preguntar sobre Antonio Llidó. Con otro presbítero de origen catalán, fuimos varias veces al obispo Emilio Tagle de Valparaíso y personalmente hablé con él muchas veces más sobre el caso. El tenía buenas relaciones con los militares y los preguntaba sobre Antonio Llido."

""Me acuerdo que en marzo 1975 nos dijo: "Acabo de hablar con un ministro de Estado y dice que está detenido y que está bien." En el mes de mayo fuimos de nuevo y nos dijo: "He hablado con una muy alta autoridad del Estado. Me dice que esto ya va camino a resolverse bien." Nosotros dudamos de todo que nos decía, pero nunca le dijimos, "Usted es muy ingenuo." Lo sentíamos pero no se lo decíamos."

"En junio volvimos a verlo y esta vez, sí, estaba desconcertado. Se levantó, caminando nervioso, y decía, "Ahora, sí, no lo puedo entender. Me acaba de decir un ministro de estado que este joven sacerdote lo tenían en un local de detención y lo cambiaron a otro local de detención. En el camino se les escapó." Estaba muy nervioso. En las veces anteriores, pensaba que era correcto lo que les decía. Esta vez ya no se lo podía creer
."

 

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Martirio

La terrible verdad que la anónima "alta autoridad del Estado" ocultó del Obispo Tagle fue que agentes de la DINA le habían llevado a Antonio Llidó al centro de interrogación y tortura de José Domingo Cañas 1315, conocido como el Cuartel Ollague. Durante la segunda semana de octubre de 1974 fue trasladado a la pieza 13 de Cuatro Alamos, recinto de incomunicados operado también por la DINA. Permaneció en Cuatro Alamos hasta el 24 de octubre, cuando fue llevado junto a otros prisioneros a algún lugar desconocido. Desde esa fecha figura en la entre los cientos de personas hechas a desaparecer posterior a su detención.

Numerosos testigos quienes compartieron detención en José Domingo Cañas han dado cuenta de la tortura a la cual fue sometido el sacerdote. Muchas personas que estuvieron detenidas junto con Antonio Llidó han prestado declaraciones ante los tribunales acerca de los malos tratos de los cuales fue objeto. Entre ellos destacamos los testimonios de Julio Laks Feller y su esposa Rosalía Martínez Cereceda, detenidos juntos en José Domingo Cañas.

Testimonio de Julio Laks y Rosalía Martínez Cereceda

Julio Laks Feller declaró en el Consulado de España el 27 de noviembre de 1977 y lo citamos textualmente, tal como aparece en la querella. (La discrepancia entre las fechas citadas,explica Julio Laks, se debe a "que las condiciones de detención dificultaban la medición del tiempo.)

"Apróximadamente entre el 26 y el 30 de septiembre del mismo año (1974) fue ingresado a nuestra celda el padre Antonio Llidó Mengual. En el lapso de dos o tres días, el Padre Llidó fue sacado de su celda repetidas veces para ser interrogado. Cada vez volvía en peor estado físico. Al cabo de tres días tenía grandes dificultades para moverse a causa de los dolores ocasionados por las torturas. Tenía su camisa manchada de sangre y aparentemetne tenía hemorragias internas y desgarros musculares. En una ocasión fue auscultado por un médico de la DINA, el cual recomendó su hospitalización inmediata. A lo cual el oficial de apellido Morel (Marcelo Moren Brito) respondió que esto era imposible puesto que los interrogatorios no habían terminado. El médico insistió vanamente y expresó su impotencia e indignación�"

"A pesar de su estado físico y del trato injurioso que recibía por parte de los agentes de la DINA, que se burlaban groseramente de su condición de sacerdote, aún encontraba fuerza para consolar a sus compañeros de celda, compartiendo con ellos, en partes iguales, mendrugos de pan o cáscaras de fruta para sobrevivir
."

Por su parte Rosalía Martínez Cereceda, en declaración jurada, prestada el 19 de diciembre de 1999, afirma lo siguiente acerca de su detención en José Domingo Cañas:

"Conocí allí también al Padre español Antonio Llidó. Se le acusaba de haber escondido y protegido a personas del MIR que se encontraban perseguidas. Antonio Llidó no negó nunca esto, diciendo que no podía mentirles. Los guardias se reían de él, contando que en la tortura le pedían el nombre de alguien y Antonio Llidó contestaba que no podía dárselas. 'Y porqué?' preguntaban los guardias. 'Pues, por mis principios,' respondía Antonio con su acento español que imitaban."

En la primera quincena de octubre 1974, Julio Laks fue trasladado a Cuatro Alamos. A pocos días de su llegada, desde la ventana de su celda vio llegar el Padre Antonio Llidó a la celda vecina (número 13): "Su estado de salud era algo mejor, pero sufría de grandes dolores, según dio a entender por gestos. Julio Laks nunca más le volvió a ver.

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"Ese No Es Cura, Es Un Marxista"

El 13 de noviembre de 1974 el General Augusto Pinochet concedió una entrevista a un grupo ecúmenico, integrantes del Comité Pro Paz creado en las semanas después del golpe militar para ayudar a los detenidos. El Obispo Luterano Helmuth Frenz, Monseñor Fernando Ariztía, el padre jesuita Fernando Salas y el Rabino Angel Kreiman solicitaron la reunión para expresar su preocupación por 11 personas desaparecidas después de su detención por agentes del Estado. El General Pinochet los recibió en su despacho en el edificio Diego Portales y les llamó la atención que Pinochet se encontraba solo, sin ningún otro ayudante.

Los cleros estaban especialmente preocupados por dos casos recientes, el del director de CODELCO David Silberman, secuestrado desde la Penitenciaria de Santiago, y el del Padre Llidó, quien sabían que fue detenido por la DINA y estuvo en José Domingo Cañas.

Helmut Frenz, hoy Pastor de la Iglesia Evangélica Luterana de Alemania, compareció el 30 de junio de 2003 ante el Juez Jorge Zepeda sobre la entrevista con Pinochet. Frenz declaró:
"Me intrigaba como el General iba a justificar o evadir el crudo problema que le plantearíamos, esto es, si él iba a disminuir el problema o simpIemente negarlo. ... Nuestro deseo era que el General supiera lo que nosotros también sabíamos respecto de estas personas [David Silberman y Antonio Llidó] porque pensábamos que ello ayudaría a dichas víctimas."

Le pasaron a Pinochet una foto de Llidó y una lista de personas cuyos paraderos fueron desconocido tras su detención. El General tomó la hoja en su mano y señaló un nombre:

"Ese no es cura, es un marxista. A los marxistas hay que torturarlos porque de otra manera no cantan."

La inusual franqueza del General en la reunión con los clérigos constituye reconocimiento - posiblemente el única - de la práctica de desaparición forzada y de tortura de la Junta Militar y, en particular, de la detención del sacerdote.

El testimonio jurado de Helmuth Frenz continúa:

"Ello me ha quedado grabado porque entre nosotros, los del Comité, hacíamos frecuente referencia a tan extraordinaria y asombrosa expresión, en la que lisa y llanamente el General daba a entender que conocía la situación que afectaba a Llidó y además aceptaba la tortura. Nos llamó la atención que Pinochet reaccionó de manera inmediata y directa a estos puntos, pues bien pudo haber dado una respuesta indirecta señalando, por ejemplo que haría entrega de los antecedentes a otros militares encargados del tema. Al terminar y como culminación a nuestra reunión, el General nos expresa algo que por su singularidad aún puedo recordar casi textualmente, pues nos dice los siguiente: 'Ustedes son sacerdotes y se pueden dar el lujo de ser misericordiosos. Pero yo que estoy a cargo de este país, que está contagiado con el bacilo del comunismo no me lo puedo dar porque para sanar de tal bacilo debemos también torturar.' "

Gestiones Internacionales

La conocida compasión sacerdotal de Llidó y la tremenda brutalidad a la cual fue sometido en manos de la DINA motivaron gestiones de parte de numerosas autoridades internacionales.

El Vaticano presentó exhortos internacionales.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de España solicitó repetidamente que las autoridades militares de Chile informaran sobre el paradero del Padre Llidó.

El Senado español en sesión especial realizada el 30 de octubre de 1979 analizó la situación que afectaba al Padre Llidó y pidió urgentes acciones diplomáticas.

La Embajada Belga, el Alto Comisión de Naciones Unidas, Amnistía Internacional y la Cruz Roja Internacional también intervinieron y exigieron que el régimen militar respondiera.

Sin embargo, ningún de estos esfuerzos diplomáticos pudieron penetrar el cerco levantado por los responsables de la detención, asesinato y desaparición de Llido para ocultar sus crimenes.

 

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Historia Procesal del Caso Antonio Llidó

El 10 de octubre de 2000 los abogados Fabiola Letelier y Adil Brkovic presentaron una querella criminal por secuestro calificado y tortura. La querella fue interpuesta por los sacerdotes de la Iglesia Católica Mariano Puga, Jose Aldunate, Roberto Bolton, Jesus Rodriguez, Oscar Jimenez, Vicente Morales, Modesto Nuñez, Miguel Jorda, y Sergio Antonio Torres. Igual que Llidó, varios de los querellantes son sacerdotes obreros, y comparten con Llido un conocidos por su fuerte defensa de la justicia.

Fundamentada en el artículo 141 del Código Penal, el secuestro calificado es un delito permanente no sujeto a amnistía ni a prescripción. En la querella tortura recibe una doble cualificación como delito contemplado en el artículo 150 del Código Penal y una violación de normas de derecho internacional, tales como las Convenciones de Ginebra y la Convención sobre Genocidio, ratificadas por Chile. La Corte de Apelaciones de Santiago acogió la querella presentada por los sacerdotes y se acumuló al proceso relacionado a la querella que presentó el abogado Héctor Salazar de parte de Josefa Llidó Mengual, hermana del sacerdote.

Han declarado testigos en consulados de Chile en Alemania, Francia, España, y Argelia, además de los testigos que se encuentran en Chile y declararon ante el Ministro Zepeda. El 15 de mayo de 2003 el Ministro Jorge Luis Zepeda sometió a proceso por el delito de secuestro calificado a las siguientes personas que constituyeron la línea de mando de la DINA:

El ex director de la DINA Manuel Contreras Sepúlveda, y los agentes operativos Miguel Krassnoff Martchencko, Osvaldo Romo Mena, Fernando Laureani Maturana y Basclay Zapata Reyes.

También fueron procesados por su participación en el delito de secuestro calificado los siguientes agentes de la DINA:

� Ciro Amerto Torré Sáez, Oficial de Carabineros que a la fecha de la detención y secuestro del sacerdote se desempeñaba en la DINA a cargo del recinto de detención ubicado en José Domingo Cañas 1315

� Marcelo Moren Brito, Oficial en Retiro de Ejército perteneciente a la DINA quien dirigía tortura desde José Domingo Cañas 1315.

� Orlando Manzo Durán, asesor de Gendarmería, responsible del recinto DINA Cuatro Alamos

� Francisco Maximiliano Ferrer Lima, miembro de la Brigada Caupolicán, que operaba desde Villa Grimaldi. Condenado a 8 años de presidio por el asesinato de Tucapel Jimenez.

En Chile el procesamiento se produce por presunciones fundadas que los querellados participaron como calidad de autor. El Ministro Zepeda ordenó la prisión preventivo a los procesados. Por lo tanto, Romo y Moren Brito están en Punta Peuco; Krassnoff Martchenko, Laureani y están en un recinto militar, mientras Contreras está bajo arresto domiciliario.

En la actualidad la querella está en el período de plenario, a la espera de que se amplia la investigación a fin de transformar el procesamiento a condena. El 17 de enero de 2004 la abogada Fabiola Letelier presentó una acusación particular pidiendo que se amplía el proceso para investigar a los querellados como autors de los delitos de tortura y asociación ilícita, en los términos del artículo 15 del Código Penal.

Hay que señalar que el caso del sacerdote Antonio Llidó fue una pieza clave en la detención de Augusto Pinochet en Londres en 1998, a raíz de la solicitud de extradición del Juez español Baltazar Garzón. El proceso llevada por la justicia española contra Pinochet está basada en la denuncia de parte de siete ciudadanos españoles, entre ellos Antonio Llidó, asesinados o desaparecidos durante la dictadura militar chilena.

Momentos Claves del Proceso

11 de noviembre 2003
El Ministro Jorge Zepeda declaró cerrado el sumario y señaló: "Que con el mérito de los antecedentes reseñadaos y de las propias declaraciones (de los querellados)... fluyen cargos suficientes en autos para estimar su participación en calidad de autores en los términos del artículo 15 del Código Penal, en el delito de secuestro calificado en la persona del sacerdote Antonio Llidó Mengual."

15 de mayo 2003
El Ministro Jorge Luis Zepeda ordenó el procesamiento por el delito de secuestro calificado de Manuel Contreras Sepúlveda, Marcelo Moren Brito, Miguel Krassnoff Martchencko, Osvaldo Romo Mena, Francisco Ferrer Lima, Fernando Laureani Maturana, Orlando Manzo Durán, Ciro Torré Sáez y Basclay Zapata Reyes.

10 de octubre 2000
En representación de siete sacerdotes, los abogada Fabiola Letelier presentó una querella por secuestro calificado y tortura, ante el Ministro de Fuero Juan Guzmán Tapia. Esta querella fue acumulada a la anterior presentada de parte de Josefa Llidó.

4 agosto de 1998
Héctor Salazar presentó una nueva querella de parte de la hermana del sacerdote por el crímen por homicidio calificado, torturas y el delito de ultraje de ministro de culto en el 1er Juzgado del Crímen, al cual corresponde la jurisdicción donde Llidó fue detenido en el Santiago centro en la vecinidad de la calle San Antonio. La Corte de Apelaciones acogió esta querella en 1999.

Febrero 1996
El Juez Sergio Brunner del 14 Juzgado del Crímen de Santiago ordenó el sobreseimiento temporal por falta de antecedentes, por no estar acreditado el delito.

14 de enero 1992
En representación de Josefa Llidó Mengual, hermana del sacerdote, el abogado Héctor Salazar presentó la primera querella criminal por aplicación de tormentos y secuestro calificado, en el 14 Juzgado del Crímen de Santiago, al cual corresponde la jurisdicción donde se encuentra José Domingo Cañas.

 

 

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